A pesar de los numerosos avances en la ciencia del deporte, en el mundo del ciclismo aún persisten creencias obsoletas y contraproducentes sobre el entrenamiento y el fitness. En este artículo, exploraremos cinco conceptos erróneos ampliamente difundidos y brindaremos una perspectiva más moderna de nuestra comprensión.
Mito 1: El entrenamiento básico sólo debe incluir recorridos largos, lentos y fáciles.
Apreciamos la importancia del entrenamiento base. Ayuda a desarrollar su sistema aeróbico, desarrollar resistencia muscular y reforzar buenos patrones de movimiento, preparando su cuerpo para los esfuerzos exigentes más adelante en la temporada. Beneficia directamente tu condición física, ya que el ciclismo depende en gran medida de la capacidad aeróbica.
Si bien el entrenamiento básico sigue siendo un aspecto crucial para mejorar la velocidad, no necesariamente requiere las antiguas rutinas de ejercicio, largas y sencillas. Estos métodos exigen una cantidad significativa de tiempo, un lujo del que lamentablemente la mayoría de nosotros carecemos. Incluso si tiene tiempo, mantener la disciplina para dicho entrenamiento puede ser un desafío. Afortunadamente, existe una manera mejor: entrenar el sistema aeróbico mediante entrenamientos más cortos y de intensidad ligeramente mayor.
El entrenamiento del punto óptimo es un excelente ejemplo, que ilustra que el entrenamiento básico se puede realizar de manera eficiente en el tiempo. Este enfoque permite una mayor flexibilidad, incorporando recorridos en grupo e incluso carreras al comienzo de la temporada para mayor disfrute y consistencia. Junto con ajustes personalizados para el entrenamiento adaptativo, el entrenamiento básico modernizado se destaca como uno de los métodos más efectivos e importantes para mejorar el rendimiento en bicicleta.
Mito 2: Entrena tan duro como puedas siempre y cuando no colapses.
Los ciclistas a menudo glorifican la dureza del deporte, equiparando la capacidad de soportar el dolor con un símbolo de fuerza. La idea de que cuanto más duro sea el entrenamiento, mejor es un error común. Sin embargo, en muchos casos ocurre lo contrario.
Comprender que la recuperación es esencial para mejorar es crucial. El entrenamiento somete al cuerpo a estrés, estimulando la adaptación y la consiguiente mejora de la forma física. Aplicar demasiada presión o permitir una recuperación insuficiente impide que tu cuerpo realice estas mejoras, lo que dificulta tu progreso. Por eso es tan valioso en el entrenamiento el principio de la dosis mínima efectiva, utilizando la menor cantidad de estrés para lograr los resultados deseados.
También existen diferencias fisiológicas significativas entre los ejercicios fáciles y desafiantes y su impacto en el cuerpo. Los planes de entrenamiento se diseñan en torno a este hecho, lo que significa que algunos ejercicios son intencionalmente más fáciles que otros. Si cada sesión es demasiado extenuante, no sólo se agotará, sino que también podrá descuidar aspectos cruciales del desarrollo físico. Si bien el entrenamiento duro tiene su momento y lugar, no es así para todos los entrenamientos.
Mito 3: Necesitas recorrer toda la duración de tu evento objetivo durante el entrenamiento.
Existe la creencia común de que los eventos largos requieren recorridos de entrenamiento igualmente largos, lo que podría parecer razonable a primera vista. Sin embargo, a pesar de la importancia de la especificidad en el entrenamiento, no siempre es necesario replicar el tiempo de carrera. De hecho, 90 minutos o menos de entrenamiento pueden prepararte adecuadamente para carreras mucho más largas, un hecho demostrado por muchos atletas profesionales.
El tipo de esfuerzo que pones en la carrera es más crítico que replicar su duración. Las carreras extremadamente largas son predominantemente actividades aeróbicas, con breves estallidos de intensidad en niveles más altos. Por lo tanto, un sistema aeróbico robusto se convierte en el billete al éxito. Lograr esto no requiere entrenamiento durante todo el día; simplemente implica una formación inteligente y organizada que se ajuste a cualquier horario.
Los recorridos más largos durante el entrenamiento aún pueden ser beneficiosos para afinar aspectos específicos del rendimiento. Factores como el combustible, la hidratación y la adaptabilidad de la bicicleta pueden influir en las carreras de muy larga distancia, y es posible que los ejercicios de corta duración no revelen completamente su dominio de estos elementos. Sin embargo, no es necesario replicar la duración exacta de la carrera, ya que dos o tres horas de carrera de resistencia suelen ser suficientes para identificar áreas de mejora.
Mito 4: debes determinar tu tipo de ciclista y adaptar tu entrenamiento en consecuencia.
Todos aspiramos a montar como atletas profesionales. Desafortunadamente, lo que funciona mejor para los atletas de élite no siempre es adecuado para los entusiastas aficionados. El concepto común de "tipos de ciclistas" es un ejemplo perfecto. Según esta lógica, todo ciclista está genéticamente predispuesto a ser velocista, escalador o todoterreno, y el entrenamiento tiene como objetivo optimizar estas fortalezas naturales. Si bien este método es la forma en que los atletas de clase mundial refinan sus habilidades, existen varias razones por las que podría no ser el mejor enfoque para usted y para mí.
En primer lugar, es una forma increíblemente limitante de abordar el ciclismo. Centrarse únicamente en un tipo específico de estilo de conducción o de carrera restringe su exposición al espectro completo de experiencias que ofrece el deporte. También limita la comprensión de sus propias capacidades, lo que obstaculiza su desarrollo general. Varios tipos de ciclistas encuentran el éxito en diversos eventos, y permanecer abierto a las opciones puede traer resultados sorprendentes.
Por último, esta noción ignora el increíble potencial que tiene su cuerpo para mejorar y cambiar. Si bien puedes gravitar naturalmente hacia una disciplina, con el entrenamiento adecuado puedes desarrollar cualquier aspecto que desees. Elige una meta y trabaja para lograrla.
Mito 5: Bajar de peso siempre te hace más rápido.
Las preocupaciones sobre el peso han estado arraigadas en la cultura ciclista desde hace mucho tiempo, y las historias de atletas que toman medidas extremas para perder unos pocos kilogramos prevalecen en todos los niveles del deporte. Sin embargo, la ciencia moderna nos ayuda a separar la realidad de la ficción y la verdad es que, en la mayoría de los escenarios de ciclismo, tu peso no es tan crucial como podrías pensar.
El factor más importante es el poder. Tu capacidad para generar energía girando los pedales es lo que te impulsa hacia adelante, y la mayor parte del ciclismo se realiza en terrenos ondulados o planos, donde la fuerza general es una ventaja clave. De hecho, excepto en las subidas más empinadas, es la combinación de potencia y aerodinámica la que determina tu velocidad; El peso sólo juega un papel importante en ascensos largos y empinados.
Sin embargo, muchos ciclistas todavía se fijan en los números de sus básculas. Si bien perder peso mediante el ciclismo puede ser beneficioso para los atletas con razones válidas de salud, para otros puede ser contraproducente, a menudo acompañado de una disminución de la fuerza. Por esta razón, centrarse en estar más saludable y fuerte, consumir alimentos diversos de alta calidad para impulsar su entrenamiento y priorizar el entrenamiento constante puede ser más efectivo. Es probable que su cuerpo mejore con una mejor forma física y rendimiento y, lo más importante, será más rápido.